Excavación en el despoblado de Corada (Valderredible, Cantabria).
El despoblado de Corada (Valderredible)
Manuel García Alonso
Director del proyecto de intervención en Corada.
Durante los meses de verano de 2018 y 2019 se desarrolló un proyecto de investigación arqueológica en el lugar de Corada, un pago situado entre las localidades vallucas de Arantiones y Campo de Ebro, cuyas comunidades se repartieron su término ya en 1779. Sin embargo, la documentación recoge la firma de vecinos de ese lugar en el siglo XIII, lo que la arqueología venía confirmando de tiempo atrás al atestiguar una necrópolis excavada en roca, al menos, desde 2005.
En el año 2018 se hizo la primera toma de la documentación material del despoblado, lo que permitió un conocimiento más profuso y profundo del mismo y que sirvió, al tiempo, para dilucidar la sistemática de la toma de datos histórico-arqueológicos. Durante ese año procedimos, conforme al Proyecto de Documentación Histórico-Arqueológica del Despoblado de Corada presentado en su día y a las autorizaciones necesarias de intervención, a la documentación arqueológica, únicamente mediante prospección visual y al acopio de datos gráficos (planimetrías y fotografías) y materiales de superficie. De todo lo cual se presentó el oportuno Informe en fecha 28 de diciembre de ese mismo año ante la Consejería.
Durante esos trabajos se determinaron dos áreas de interés arqueológico que se correspondían con la zona del espacio cultual y sacral (iglesia y necrópolis) y con la zona de aparición en superficie de cerámicas y fragmentos de manteado de barro cocido próxima a los restos de las últimas casas del poblado. Concretamente se determinó el lugar de los restos de un pequeño templo en torno a los cuales estaba la necrópolis
Al tiempo se localizaron diversos hitos de término, algunos de la aldea y otros de su reparto en el siglo XVIII. También se encontraron las viejas canteras de obras y la de fabricación de sarcófagos y tapas de tumbas diversos abrigos y rocas con grabados, inscripciones y marcas, muros aterrazados de las viejas mieses de cultivo, una rueda de molino, los anclajes de un batán, un fragmento de columna, así como algunas chozas y parapetos pastoriles. También se localizaron y estudiaron los viejos caminos existentes, algunos con huellas de los carros.
En una cárcava próxima se localizó una zona reducida con una alta concentración de cerámicas y manteados cocidos de barro. Todo ello nos contextualizaba el espacio y el carácter de las comunidades aldeanas que allí se asentaron.
Para el más profundo conocimiento del despoblado sosteníamos que era necesaria la continuación del proyecto iniciado el año 2018 concretamente en estas dos áreas. Por tanto, los objetivos de Proyecto para 2019 fueron: La realización de sondeos manuales en las zonas indicadas y conforme a las áreas señaladas. En estas zonas los sondeos manuales serían necesarios con el fin de la determinación crono-espacial del despoblado. A esto ayudaría notablemente la realización de algunas analíticas de cronología absoluta. Y continuar con la documentación histórica del lugar mediante la recogida de datos publicados (bibliografía) y sin publicar (documentación).
En la Zona Sacra se realizaron dos sondeos arqueológicos, uno en el interior de lo que consideramos un pequeño templo con la base de los muros, alguna loseta tallada, abundante teja y ciertos fragmentos de cerámica anaranjada realizada a torno. El templo era de nave única (5,90×3,40 m) y cabecera centrada al este.
Por cierto, se procedió, el día 16 de octubre al traslado y posterior depósito en el Museo Etnográfico de Valderredible del tenante del altar de la iglesia de Corada que se hallaba unos metros por debajo de ella.
Se hizo también un sondeo en la necrópolis donde se localizaban dos sarcófagos antropomorfos sin restos humanos pero en disposición ritual con algún fragmento de teja y un asa de cinta de pasta reductora-oxidante, de tono también anaranjado.
En la Zona Profana del poblado, situado algo más arriba, encontramos los restos de sus casas-habitación en un poblamiento nuclear concentrado. Se hallaron aquí, en superficie, algunos fragmentos de cuencos y platos cerámicos.
Algo más al oeste, en la cárcava, sondeamos lo que resultó un testar y parte de un horno de cerámica medieval. Se rescataron numerosos fragmentos de la producción alfarera.
También se recogieron números fragmentos de tuberas del horno y manteados de barro del enlucido interno con marcas de hierbas. Se tomaron muestras de carbones en distintas posiciones y se enviaron dos para su análisis por C14 que dieron fechas calibradas de 1184-1275 (muestra 1) y 1033-1190 (muestra 2).
Los resultados de los sondeos con metodología arqueológica reseñados ofrecen ahora suficientes datos para poder avanzar algunas primeras conclusiones:
a. Corada, en cuanto despoblado, empieza a ofrecer suficientes datos arqueológicos como para considerarlo hoy un paradigma de este tipo de yacimientos en la región cántabra. Se ha intervenido ya en las zonas profana y sacra lo suficiente como para ser considerado así.
En la zona sacra intervenida las estructuras muestran un edificio (templo) de reducido tamaño, con una sola nave, que colapsó tras su abandono como espacio litúrgico para una pequeña comunidad campesina. Aparece rodeado de una necrópolis que contiene tanto sepulturas excavadas en roca como en cajas de sarcófago, pero con una densidad de ocupación escasa del espacio mortuorio, coherente con el pequeño peso demográfico de una comunidad como esta.
b. En la zona que hemos denominado “profana” se testimonia, además de un poblamiento concentrado, la zona artesanal en las afueras del núcleo de habitación. Un alfar de producción local de cerámica pleno-medieval con un horno de cocción con paredes y bóveda de manteado de barro, de aproximadamente 1, 70 m de diámetro, y del tipo de horno vertical con separación de cámara y hogar, este último bajo la cámara.
c. Los análisis efectuados hasta ahora en los materiales son coherentes, en general, con su datación en los periodos medievales y modernos, alineados, por tanto, con lo que previamente era conocido o sospechado. Además, los materiales del horno cerámico intervenido, permiten con toda certeza situar su uso entre los siglos XI y XIII.