Campos de Trabajo

En el verano del año 2021, mediante los preceptivos acuerdos con la Dirección General de Juventud, el Instituto Sautuola ha desarrollado tres campos de trabajo en Cantabria.

  1. El Pozo de Nieve y el Prado redondo de Cohicillos
  2. La ermita de San Pelayo de La Hermida
  3. La Tejera de Aguayo en San Miguel de Aguayo

 

1. CRÓNICA DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL POZO DE NIEVE Y COMPLEJO ETNOHISTÓRICO DE PRADO REDONDO (COHICILLOS, CANTABRIA)

CAMPO DE TRABAJO.  Julio de 2021

José Luis Rivera Cobo

Durante el periodo estival del año 2021 el Instituto Sautuola asumió la dirección técnica de tres  Campos de Trabajo para jóvenes (voluntariado cultural de 18 a 30 años), promovidos por la Consejería de Universidad, Cultura y Deporte a través de la Dirección General de Juventud.  Eran las siguientes:

1.- Intervención en el Pozo de nieve de Cohicillos (Sierra de Ibio) del 16 al 30 de julio

2.- Ermita de San Pelayo (La Hermida), primera quincena de Agosto

3.- Tejera de Aguayo (San Miguel de Aguayo), primera quincena de agosto.

Pasamos, a continuación, a resumir la actividad desarrollada en la Sierra de Ibio dirigida, en esencia,  a la adecuación del Pozo de Nieve,  ubicado en la proximidad del paraje conocido como Prado Redondo.  Esta intención inicial se vio afectada en gran medida por un arbitrario giro en los acontecimientos que poco tuvo que ver con el Instituto Sautuola, cumplidor con todos los requisitos contractuales y verbales pactados con las diferentes administraciones. Esta deriva inexplicable nos obligó a proponer, como responsables técnicos del mismo, medidas correctoras y nuevas alternativas, aliviando la presión generada por la irrespetuosa y frívola actuación de los agentes responsables del despropósito que no es propósito mencionar aquí.

En una de nuestras visitas preparatorias nos percatamos de la importancia etnohistórica del lugar en el que se erigía el Pozo de Nieve, que trascendía la derivada directamente de la ingeniosa construcción. Se decidió presentar una solicitud de ampliación del proyecto, resolviéndose la misma favorable a nuestros intereses. Esta circunstancia sobrevenida nos permitió garantizar, a la postre, el fundamento científico y rigor de los trabajos emprendidos y dar respuesta a las inquietudes de los integrantes del campo de trabajo que, lógicamente, iba más allá de las rutinarias y anodinas tareas de siega y desbroce a las que el insensible e injustificable desinterés de los responsables municipales les habían abocado.

Participantes en el campo de trabajo realizando la planimetría del sector de muro desbrozado. Son apreciables tanto el tamaño de los bloques de arenisca de la fábrica como el Jiso asociado espacialmente al cierre perimetral

Se comprobó la existencia en el propio entorno del monumento de una serie de estructuras de carácter etnográfico y cronología histórica, que se consideró podrían ser objeto de una intervención de carácter complementario al realizado en la propia limpieza de La Nevera que, como se ha anticipado, fue al final desestimada.  Este estudio podría poner de manifiesto que en algunos casos se trata de elementos vinculados a un horizonte megalítico, que pudieron ser reutilizados en época histórica, previsión que, a la postre, no se vería confirmada por la intervención

En un pando de la ladera del Cueto de la Liebre, a modo de estribación, situada a unos 120 m al norte de la Nevera se observó un conjunto de elementos que formaban parte de un pastizal de media montaña.  Su estado de conservación era muy aceptable y permitía identificar todos sus rasgos. Estábamos ante el legado tangible de prácticas ganaderas que dejaron sobre el terreno el rastro material de su presencia reiterada y que responde, según la tradición investigadora en este campo, al concepto de “arquitectura pastoril de montaña”; en rigor y en nuestro caso “de media montaña”.

Desde el punto de vista de la investigación sobre el terreno los logros son irrebatibles. Lo más reseñable en este ámbito ha sido el reconocimiento de una realidad obviada y olvidada. Se ha desvelado un importante complejo etnoarqueológico que, desde su abandono, había pasado bastante desapercibido. Los elementos puestos en valor- cerramientos, jisos, chozo de pastor…- son la plasmación material de unos usos y costumbres vinculados a un modelo de gestión ganadera que, en las aldeas de la región, se ha mantenido prácticamente inmutable desde hace siglos hasta las décadas centrales de la pasada centuria.

Pero poner en la balanza el proyecto de intervención en la Sierra de Ibio demanda otro tipo de reflexiones. No queremos dejar de insistir en la actitud encomiable y entusiasta del grupo de voluntarios, auténticos protagonistas de la intervención. De su estoicismo y talante conciliador, dadas las adversas circunstancias ya mencionadas en el apartado correspondiente, solo se puede hablar elogiosamente.

Interviniendo en el chozo de pastor. Prado Redondo (Cohicillos)

Lamentablemente no toca hablar en los mismos términos de satisfacción cuando hemos de medir el paupérrimo apoyo recibido por parte de la institución municipal promotora de la actuación y el compromiso de la empresa adjudicataria de la iniciativa, seguramente mejorable.  Un ejemplo más de la extendida insensibilidad de nuestros dirigentes cuando de promover y salvaguardar el patrimonio cultural se trata. Nihil novum sub sole.

 

 

2. Intervención de limpieza en La ermita de San Pelayo de La Hermida

Ermita de San Pelayo de La Hermida

Ermita en despoblado, se levanta en un rellano sobre el pueblo de La Hermida, junto al antiguo trazado de una de las variantes del camino que conectaba Liébana con La Marina. Ocupa un lugar muy destacado del paisaje, inmediatamente al pie de los fuertes desniveles de las peñas de Peñarrubia.

Se trata de un pequeño edificio levantado en estilo gótico, con nave rectangular, capilla absidal cuadrada y arco toral apuntado, quizás el rasgo más distintivo del templo. No se cuenta con mucha información documental sobre ella: sabemos que en una visita de 1723 el obispado ordena arreglar el campanario. Todavía estaba en uso cuando se redactó el diccionario Madoz. Actualmente se encuentra en estado de ruina consolidada y conserva el ábside cubierto y los muros perimetrales de la nave, salvo el de los pies.

Sus ruinas permanecieron olvidadas muchos años, hasta que fue objeto de una correcta restauración y consolidación a comienzos de la decada pasada, por parte de la empresa de arqueología GAEM. Pero la caída de un tronco de encina sobre sus muros afectaba de nuevo a su integridad. Es por ello por lo que el Instituto Sautuola tramitó en 2021 la realización de un Campo de Trabajo, para proceder de nuevo a su limpieza y estabilización.

 

 

 

3. Campo de Trabajo La Tejera (San Miguel de Aguayo) 

Dibujo de Irene Estévez

El Campo de Trabajo 2 (nacional) se hizo gracias a la colaboración de la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, el Consejo de la Juventud y el Instituto de Prehistoria y Arqueología Sautuola durante primera quincena del mes de agosto de 2021. Los trabajos de los colaboradores se ajustaron a los días laborables y supusieron una ayuda relevante para la exhumación de los restos materiales del horno de La Tejera, aunque los trabajos de campo del Proyecto de Recuperación y Puesta en Valor de la Tejera ya se habían iniciado y continuarían a la finalización del mismo.

El proyecto tenía entre sus objetivos el recuperar las evidencias materiales mediante excavación con metodología arqueológica de un elemento significado del patrimonio etnográfico, La Tejera de Aguayo, situada en el entorno del embalse de Alsa. Un elemento material en uso hasta los años 50 del pasado siglo y uno de aquellos en los que basa su carácter y sus raíces el pueblo aguayés. Ahí el Campo de Trabajo y la colaboración del Consejo de la Juventud del Gobierno de Cantabria, y especialmente de los 11 alumnos universitarios procedentes de diversas universidades y comunidades autónomas de España, resultó relevante y supuso el aprovechamiento didáctico del mismo. Concretamente participaron en él Paula Rudeiros, Gala Fanjul, Eunate Bañales, Sasha Jiménez, Sofía Campo, Carmen Sánchez, Irene Estévez, Oscar Balada, Adela Garde, Jone Martínez, Oihane Alustiza, Judith Pallàs y Mireia Olivares, a los cuales agradecemos su colaboración.

Para el desarrollo de este Proyecto se contó con aquellos medios de que dispone el Instituto Sautuola, como son la dirección técnica cualificada, su propio local, los materiales y útiles para la excavación y los estudios y análisis históricos y arqueológicos precisos. Además, el Concejo de San Miguel de Aguayo dio el permiso de intervención en los terrenos en que se halla y, por su parte, el Ayuntamiento de San Miguel de Aguayo se comprometió a la firma de un Convenio que permitió el previo cerramiento de los terrenos afectados por la intervención.

Se intervinieron un total de 6 cuadrículas de 4×4 m. consecutivas a lo largo del eje longitudinal de las evidencias (A6, A7, A8, A9, A10 y A11), con el objetivo de abrir un área suficiente que permitiera determinar las estructuras constructivas del horno y escombreras de la fábrica y, al mismo tiempo permitiera documentar la serie estratigráfica de dicho eje para averiguar los trabajos consecutivos y las fases de los desescombros por la actividad y el abandono de las estructuras hasta su situación evidente en el terreno. Los alumnos participantes se incorporaron a los trabajos el 2 de agosto y se despidieron el 13 del mismo mes. Tuvieron un apreciable desenvolvimiento en los trabajos en el horno, tanto en la cámara como al exterior y bocas, así como en el pasillo de alimentación y la escombrera.

Manuel García Alonso
(Director técnico del Proyecto y del Campo de Trabajo de La Tejera)